La Historia de Gosso (PARTE I)

Tiene sentido explicar cómo fue exactamente que llegó Gosso a ésta familia. La verdad que también es bastante sencillo, pero largo a la vez, así que mejor empiezo por el principio.

Mi mujer y yo vivíamos solos, acompañados solamente por nuestras dos conejas: Julia y Fiona (Fiona es blanca con manchas negras así que se puede decir que es medio dálmata). A decir verdad, a mí por lo menos siempre me cayeron bien las conejas y hemos intentado en la medida de lo posible que lleven una buena vida: las tenemos en unas jaulas tamaño "EXTRA DÚPLEX" (unas jaulas enormes de dos pisos!!!), les cambiamos la viruta con frecuencia y tratamos de que salgan de la jaula al menos un par de veces a la semana. Supongo que son medianamente felices, dentro de lo que cabe.

Pero bueno, tampoco les voy a mentir... a mí los conejos no me hacen mucha gracia, así que en Septiembre del año pasado inicié mi campaña personal "Quiero un Perro": atormenté a mi mujer durante varios días, hasta que harta de soportarme me dejó buscar un perro para traer a casa.

No teníamos definido que queríamos un dálmata, pero desde el primer momento tuvimos muy claro que no íbamos a comprarlo, sino que íbamos a adoptar. La razón? Muy simple. Ustedes y yo sabemos muy bien la cantidad bestial de perros (y mascotas de todo pelo, color y tamaño) que son abandonados todos los días en España (si se abandonan abuelos en gasolineras, cómo no se van a abandonar mascotas????), así que pensamos que ya que queríamos traer un animal a casa, nos pareció lo mejor que fuese uno que realmente lo necesitase.

(NOTA: Al margen de ésto, hay otras razones por las cuales adoptar fue un acierto para nosotros, pero mas adelante escribiré un artículo al respecto para que todos aquellos que estén considerando meter un perro a sus casas lo lean y se enriquezcan con nuestra experiencia particular)

Y bueno, ahí comenzó nuestra búsqueda.

Tengo que aceptar que fue bastante duro entrar a páginas de protectoras y ver las fotos de muchos perros maltratados. Hasta da un poco de vergüenza ver lo que somos capaces de hacerle a una especie que nos ha sido tan fiel desde hace tanto tiempo.
Nos partía el alma leer sus historias y si hubiese sido por nosotros, nos hubiésemos traído a más de uno a casa.
Recuerdo a uno en particular, que aparecía en las fotos atadito a su poste con cara de desgracia. En el texto del anuncio ponía que tenía ya varios años y que se daba en adopción porque su dueña era muy mayor y no podía hacerse cargo de él. Estuvimos averiguando para adoptarlo, pero no nos lo traían a Barcelona, así que no pudo ser.
Afortunadamente, hace poco mi esposa Paula vió que había sido adoptado y que ahora vive feliz junto a su nueva familia.

En fin, total que un buen día, después de averiguar por varios perros a los cuales por un motivo u otro no pudimos adoptar, vimos una foto de Gosso el dálmata(es la que aparece en la barra de la derecha del blog).

Bueno... es la hora del paseo de Gosso, así que mañana sigo con la historia.